A veces escuchamos a los enamorados (as), y a los esposos, decirse: “lo eres todo para mi”, “eres toda mi vida”, “sin ti no puedo vivir”, o también hemos escuchado a los padres referirse a sus hijos como: “mi todo”, “mi alguien por quien vivir”, “el sentido de mi vida” “mi felicidad”, pero la vida nos enseña que esto no es nada real. Todos hemos nacido con un vacío que sólo Cristo puede llenar, por lo tanto, nadie puede ser para nosotros todo lo que necesitamos. Por esto, no podemos pedirles a las personas cercanas a nosotros más de lo que puedan dar.
Cuando una persona allegada se va de nuestro lado, ya sea por abandono, por divorcio, por muerte o por traslado a otro lugar, la vida continua y debemos llenar ese vacío, porque es necesario cuidar de nuestra vida y de la vida de los demás que tenemos a nuestro lado, ya sean hijos, padres, hermanos, u otros familiares. También tenemos responsabilidades en el hogar, el trabajo o en un Ministerio al que el Señor nos haya llamado, y no podemos abandonarnos a la depresión y la angustia que hoy son de los grandes flagelos que están cobrando vidas en la humanidad.
Pero: ¿Cómo llena Jesús ese vacío? Dios es nuestro Hacedor y nos ha creado con un sentido de eternidad, para que le busquemos (Eclesiastés 3.11, Hechos 17.24), es por eso que él desea relacionarse con nosotros desde el vientre de nuestra madre, él nos conoce y nos ha visto Salmo 139.13 -16 “Porque tú formaste mis entrañas; Tú me hiciste en el vientre de mi madre….15 No fue encubierto de ti mi cuerpo, Bien que en oculto fui formado, Y entretejido en lo más profundo de la tierra. 16 Mi embrión vieron tus ojos,…
Debemos aprender a través de su Palabra a tener confianza en Él. Si ciframos nuestra esperanza en las personas cercanas, nuestro destino es el fracaso, porque todos fallamos o faltaremos un día de alguna manera, o seremos defraudados, y nos consumiremos en forma solitaria y estéril. Nuestra vida será triste, sombría y pesimista. ¿De qué otra forma podría ser si vivimos en una ininterrumpida incertidumbre, ansiedad y temor, que nos ofrece este mundo caído, con tantas circunstancias adversas? Dios no quiere esa clase de vida para sus hijos. Cristo vino para «que tengan vida, y para que la tengan en abundancia.» (Jn 10.10)
Es difícil sostener una vida en donde la prioridad no es Dios. El stress, la ansiedad, el dolor y los fracasos se apoderarán de nosotros de tal manera que algunas veces no tendremos deseos de vivir, pero cuando entendemos que esta vida es temporal y que no hay “tribulación, angustia,. ni nada que pueda separarnos del amor de Cristo”, tenemos victoria en Jesús, y Él hace sendas de paz y sosiego, donde no las hay.
Romanos 8. 35¿Quién nos separará del amor de Cristo? ¿Tribulación, o angustia, o persecución, o hambre, o desnudez, o peligro, o espada? 36 Como está escrito: Por causa de ti somos muertos todo el tiempo; Somos contados como ovejas de matadero. 37 Antes, en todas estas cosas somos más que vencedores por medio de aquel que nos amó. 38 Por lo cual estoy seguro de que ni la muerte, ni la vida, ni ángeles, ni principados, ni potestades, ni lo presente, ni lo por venir, 39 ni lo alto, ni lo profundo, ni ninguna otra cosa creada nos podrá separar del amor de Dios.
Y Salmo 16.11 Me mostrarás la senda de la vida; En tu presencia hay plenitud de gozo; Delicias a tu diestra para siempre.
Si las personas que amamos llegaran a faltarnos o a defraudarnos no alcanzarán a destruir nuestra vida, porque nuestra confianza en última instancia está en Dios. Si nuestro presente y futuro están en Sus poderosas y amorosas manos, no tenemos por qué temer lo que nos pueda acontecer Leer Salmo 118. 5-9.
Y podremos expresar junto con Job “Desnudo salí del vientre de mi madre, y desnudo volveré allá. Jehová dio, y Jehová quitó; sea el nombre de Jehová bendito. Job 1.21
Nunca estaremos solos, jamás habrá un vacío en nuestra vida, porque Cristo lo llena todo, el fracaso, el dolor, el sufrimiento y la depresión, no serán nuestros, porque Él cargará con ellos, “vengan a mi todos los cansados y trabajados que yo los haré descansar” dijo Jesús pues su yugo es fácil y ligera su carga.
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