Cuán hermosos son sobre los montes los pies del que trae alegres nuevas, del que anuncia la paz, del que trae nuevas del bien, del que publica salvación, del que dice a Sion: !!Tu Dios reina!
¡Cuán hermosos!
No hay un mensaje que cause más gozo que el
que anuncia liberación y paz. Para los judíos que estaban bajo el yugo
extranjero, nada podía proporcionar mayor regocijo que la seguridad de que la
hora de la liberación estaba cercana. Pablo aplica estas palabras de Isaías a
la proclamación del mensaje evangélico (Rom. 10: 15). En primer lugar, la
liberación aquí predicha era la del Israel literal rescatado de las naciones
que lo, y en segundo lugar, la liberación mayor del pecado y de todo mal que
sería alcanzada por medio del Siervo suficiente, es decir el Mesías. Debe
notarse que el cap. 52: 7-15 constituye una introducción del cap. 53. Nuevas
del bien. Es decir, el relato evangélico ¡Tu Dios reina! Aunque no lo parezca,
Dios todavía rige los asuntos terrenales. Su poder para librar a su pueblo, y
más tarde el triunfo del Evangelio, prueban que reina él, y no Satanás (Apoc. 11: 15).
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