SANTIAGO 1 :5

lunes, 22 de febrero de 2016








Y si alguno de vosotros tiene falta de sabiduría, pídala a Dios, el cual da a todos abundantemente y sin reproche, y le será dada.

Si alguno. Basándose quizá en su propia experiencia. Santiago se da cuenta de que sus hermanos en la fe no han alcanzado todavía la meta deseada de la madurez cristiana que se describe en el vers. 4. Ahora explica cómo cualquiera puede hallar el poder y el entendimiento que lo convertirán en un cristiano victorioso en medio de los problemas de la vida. Falta. Gr. , "no alcanzar". Compárese con el uso de este vocablo en Luc. 18:22. , "sabiduría", "sagacidad", "prudencia" ". Esto incluye aun más que el conocimiento exacto, porque el simple conocimiento no garantiza un proceder correcto ni siquiera el razonamiento correcto. " sabiduría nos ayuda a dar el verdadero valor a todo lo que exige nuestra atención, y nos asegura el debido uso del conocimiento cuando nos esforzamos por proceder con rectitud. Pídala La sabiduría debe buscarse constantemente para poder enfrentar con éxito cada nueva prueba de fe y resistencia, como se vio en los vers. 3 y 4.

Muchos problemas de la vida son desconcertantes para el que no sabe hacerles frente dándoles un enfoque cristiano. Para ver la vida como Dios quiere que la veamos, diariamente necesitamos asegurarnos de que nuestros ojos han sido ungidos con el óleo de la sabiduría celestial. Dios, el cual da. El AT se refiere a menudo a esa sabiduría que sólo Dios puede dar al hombre (ver Prov. 2:6). Mediante su Santa Palabra Dios nos reanima en medio de las complejas y difíciles pruebas, y debido al enfoque celestial que esa sabiduría nos proporciona podemos tener "por sumo gozo" cuando los problemas de la vida nos abruman. Nuestro Dios es uno que "da" y también un Dios "justo"" y ""amante" . En Sal. 145:17-19 se sugiere que debido a que el Señor es "justo", siempre está dispuesto a cumplir "el deseo de los que le temen". Dios es generoso por naturaleza y no podemos atribuirle mayor honor que buscar con humildad sus dádivas de sabiduría y fortaleza día tras día. Abundantemente. "Generosamente" sinceramente". Dios se goza en dar. Cuando un hombre busca sabiduría, Dios 522 responde su pedido sin vacilación y con buena voluntad. Dios no da con mezquindad ni parcialidad. "Sin echarlo en cara" " (BJ). Sin reproche. Dios no nos censura por nuestros muchos fracasos, ni nos recuerda constantemente las continuas mercedes que ya nos ha concedido. Santiago está procurando destacar el contraste entre la forma en que Dios imparte sus dádivas y cómo los seres humanos a menudo humillan o avergüenzan a los que reciben sus favores. Este hecho debe animarnos a presentar con confianza nuestras peticiones delante de Dios. Debemos ir a él como hijos que buscan el amor y la ayuda de un Padre solícito Le será dada. El requisito que aquí se presenta para recibir sabiduría de Dios es pedirla con sinceridad. Para el mejor beneficio del hombre, Dios no concede todo pedido; pero si con sinceridad buscamos sabiduría, nos será dada. Dios puede dar sabiduría al hombre de varias maneras. Podría aumentar la comprensión que tenemos de su Palabra, de modo que discernamos claramente su voluntad para nosotros. Podría impresionar nuestro corazón mediante su Espíritu Santo en cuanto al curso de acción que es mejor para nosotros (ver Isa. 30:2 l). O podría hablarnos por medio de amigos, o dirigir los acontecimientos y las circunstancias de tal modo que nos revelen la voluntad divina. 






Sin embargo, Dios nos ha dado inteligencia y lo honramos cuando la usamos para resolver los problemas de la vida bajo la conducción del Espíritu Santo. No sería sabio que él hiciera por nosotros lo que él quiere que hagamos nosotros mismos bajo su conducción. Para que podamos adquirir madurez de juicio y de entendimiento (ver Fil. 1: 9), quiere que formemos el hábito de tomar decisiones correctas basadas en los amplios principios de su voluntad, como se revela en las Escrituras. Entonces podrá grabar con más facilidad su voluntad en nuestra mente, y así nos protegerá de los sutiles engaños de Satanás. Si después de haber consultado toda fuente de sabiduría divina que esté a nuestro alcance, presentamos nuestro pedido y, con paciencia y confianza, mantenemos nuestro corazón abierto delante de Dios, reconoceremos su respuesta .

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