La fe es una respuesta al maravilloso don de la reconciliación, a la invitación amical de Dios para recuperar la semejanza perdida por el pecado y cumplir con su Plan, una entrega generosa y personal del hombre hacia Dios: "Por la fe, el hombre se entrega entera y libremente a Dios, le ofrece el homenaje total de su entendimiento y su voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela" ,
La fe implica un asunto de elección, de opción personal. Es una respuesta a la invitación divina por una decisión libre de la voluntad, que se realiza con la gracia de Dios. En efecto, en la respuesta de la fe la iniciativa es de Dios. Es Él quien hace posible la respuesta humana. es su gracia la que nos ilumina para que podamos percibir con claridad la Verdad y adherirnos a ella. La fe es, pues, un don, una gracia especial de Dios que nos permite acoger las verdades y promesas reveladas.
Sin embargo, la respuesta desde la fe no es posible sin el concurso libre y responsable del ser humano. el hombre siempre es libre de aceptar la invitación divina y por lo tanto de acoger el don de la fe, o de cerrarse a la acción de la gracia y rechazarlo. En la fe se da, pues, la misteriosa concurrencia de la acción de Dios y la libertad humana.
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