El que da testimonio de estas cosas dice: Ciertamente vengo en breve. Amén; sí, ven, Señor Jesús.
APOCALIPSIS 22:20
El Maestro reafirma la seguridad e inminencia de su segunda venida
Amén.
En cuanto al significado de "amén", ver com. Mat. 5: 18. Este "amén" quizá es pronunciado por el apóstol. Si es así, debe relacionarse de esta manera con lo que sigue: "Amén, sí, ven, Señor Jesús".
Ven, Señor Jesús.
Esta exclamación es la respuesta de Juan al testimonio de Jesús, quien le asegura al apóstol que viene presto . Juan tal vez recordó en ese momento la noche en el aposento alto, más de medio siglo antes, cuando oyó decir a Jesús, "Vendré otra vez" (Juan 14: 3), y el día, pocas semanas más tarde, en el monte "que se llama del Olivar", cuando había oído decir a los ángeles: " "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" " (Hech. 1: 11). Ahora, mientras Juan está arrebatado en santa visión, se le da una última seguridad de que su bendito Señor habrá de volver, y "en breve". Esta seguridad viene de los labios de su Maestro, "el testigo fiel y verdadero". Su corazón se conmueve al oír las palabras, y con anhelante anticipación mira hacia el día cuando en realidad -no en visión- contemplará cara a cara a su bendito Señor.
Amén.
En cuanto al significado de "amén", ver com. Mat. 5: 18. Este "amén" quizá es pronunciado por el apóstol. Si es así, debe relacionarse de esta manera con lo que sigue: "Amén, sí, ven, Señor Jesús".
Ven, Señor Jesús.
Esta exclamación es la respuesta de Juan al testimonio de Jesús, quien le asegura al apóstol que viene presto . Juan tal vez recordó en ese momento la noche en el aposento alto, más de medio siglo antes, cuando oyó decir a Jesús, "Vendré otra vez" (Juan 14: 3), y el día, pocas semanas más tarde, en el monte "que se llama del Olivar", cuando había oído decir a los ángeles: " "Este mismo Jesús, que ha sido tomado de vosotros al cielo, así vendrá como le habéis visto ir al cielo" " (Hech. 1: 11). Ahora, mientras Juan está arrebatado en santa visión, se le da una última seguridad de que su bendito Señor habrá de volver, y "en breve". Esta seguridad viene de los labios de su Maestro, "el testigo fiel y verdadero". Su corazón se conmueve al oír las palabras, y con anhelante anticipación mira hacia el día cuando en realidad -no en visión- contemplará cara a cara a su bendito Señor.
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